Al encuentro

Diario, acontecimientos y relatos de inclusión social

¿Y si le damos la vuelta?


En medio de la vorágine de noticias mundiales, de partidos de fútbol, problemas climatológicos y peleas por quién ilumina mejor las ciudades en Navidad, se nos pasan grandes noticias que son motivo de esperanza para muchas personas.

Desde febrero de este año, más de 1000 asociaciones en todo el territorio español, encabezadas por cinco organizaciones motoras, hemos estado realizando una campaña de recogida de firmas para obligar al Congreso a que se siente, dialogue y de una respuesta a la situación de unas 500.000 personas extranjeras que se calculan están en situación administrativa irregular en nuestro país. Para ello era necesario recoger 500.000 firmas, que es lo que pide la ley para presentar esta iniciativa legislativa popular (ILP), una figura jurídica que permite que la población civil presente demandas públicas en el Congreso. Y no solo se ha conseguido… ¡SE HA SUPERADO! En este momento hay recogidas más de 600.000 firmas. Todo un reto, conseguido día a día, gracias al esfuerzo de personas y entidades que han creído que era posible. Muchos de vosotros y vosotras habéis firmado. GRACIAS DE CORAZÓN.

 

Pero ¿Por qué era tan importante desarrollar esta campaña? Hay muchas razones de carácter político, ciudadano, económico, humano…que lo avalan [1]. Pero para nosotros, desde el Proyecto Nazaret, fue muy 

revelador un trabajo que hicimos con los propios participantes del proyecto. Para ello le pedimos que pusieran en un papel, lo que pierden al no tener regularizada su situación, y en otro, lo que ganan. El resultado, nacido de su propia experiencia, es muy claro, y así lo pusimos en un cartel que tenemos en el Proyecto:

Cuando NO tengo documentación: no puedo tener un trabajo digno, no puedo acceder a derechos básicos como la casa, no puedo moverme con tranquilidad (siempre con miedo a que nos pare la policía), tengo miedo a expresarme con libertad en cualquier espacio, no puedo tener cuenta bancaria, no puedo acceder a cursos ni a ayudas, no me puedo identificar: no soy nadie para muchas personas y entidades, sólo me queda acceder a trabajos que nadie quiere, que exigen mucha fuerza, me siento inferior al resto….

Sin embargo, al regularizar la situación y tener papeles, todo cambia, y así lo expresaban también: con “papeles” me siento libre, puedo viajar, puedo trabajar con contrato, “entro en el sistema”, puedo comprar bienes, no tengo miedo por las calles, tengo oportunidades, como el resto, podría visitar a mi familia, “te abre las puertas” …

Efectivamente, un documento es la frontera entre ser una persona con derechos, o no ser nada. Solo es cuestión de darle la vuelta. Cáritas desarrolló durante el confinamiento una campaña que se llamaba “Esperábamos trabajadores, vinieron personas, y queremos vecinos[2], para presentar precisamente que la documentación no puede ser el único criterio para valorar que una persona es ciudadana o no de un lugar. Son muchos los aportes que las personas migrantes regalan a la sociedad. Solo es cuestión de darle la vuelta.

El domingo 18 es el Día Mundial de las personas migrantes. Un buen momento para seguir recordando lo que nos propone el Papa Francisco: necesitamos construir el futuro con migrantes y refugiados, caminando así hacia un NOSOTROS cada vez más grande.

 

 

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