Además de su profunda repulsa y preocupación por el tráfico de seres humanos, que es «una vergüenza y un crimen contra la humanidad», Francisco dirigió un llamamiento a todos, a los creyentes y no creyentes, a los responsables de la sociedad y de las naciones para aunar fuerzas contra la plaga de la trata de personas. Con su cordial bienvenida a 17 nuevos embajadores ante la Santa Sede, después de dirigir su primer pensamiento a la comunidad internacional, a las múltiples iniciativas que se llevan adelante para promover la paz, el diálogo, las relaciones culturales, políticas, económicas, y para socorrer a las poblaciones probadas por diferentes dificultades, el Papa afrontó el tema la trata de seres humanos, crimen que le preocupa mucho, recordando que los cristianos reconocemos el rostro de Jesucristo en los más necesitados:...