MEMORIA 2021
ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
La exclusión social en la archidiócesis de Sevilla
Las formas de vida y las esperanzas de futuro de la población de la archidiócesis de Sevilla han sufrido una profunda transformación a lo largo de estos dos últimos años: la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas han incidido de forma dramática sobre el espacio social de las personas y familias más vulnerables. Utilizando como base de análisis el Informe sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía 2022, elaborado por la Fundación FOESSA, y realizando una rigurosa proyección de sus resultados sobre la provincia de Sevilla, se pueden inferir las conclusiones que a continuación se expresan.
En los dos últimos años se ha producido un notable aumento de la exclusión social, que alcanza en la provincia aproximadamente a medio millón de personas, la mitad de los cuales padece sus efectos con extrema gravedad.
En efecto, actualmente el 74% de la población se encuentra en una situación de integración plena o al menos precaria, mientras que la exclusión alcanza al 26% de los hogares, la mitad de los cuales la padece con severidad. La situación de integración se ha reducido casi en un 10%, es decir, 20.000 personas se han visto abocadas a la pobreza en los últimos años, lo que quiere decir que uno de cada cuatro sevillanos padece una situación carente de lo necesario para vivir con dignidad.
La exclusión social, motivada por una multiplicación e interacción de diversos factores, en el caso sevillano está determinada predominantemente por componentes económicos.
El desempleo, las dificultades de acceso y mantenimiento de la vivienda y las carencias económicas para los cuidados de salud son los problemas más frecuentes en los colectivos socialmente excluidos.
Los problemas que afectan a más del 12% de la población son los relacionados con el empleo, seguidos de la dimensión de la vivienda y la salud, mientras que los relacionados con la participación política, los conflictos y el aislamiento social afectan a un porcentaje más reducido de la población.
Crece también el porcentaje de población con vivienda insegura y según el INE las ejecuciones hipotecarias en Andalucía han superado desde el año 2018 los 20.000 hogares, de los que casi una cuarta parte corresponde a Sevilla.
Los colectivos más afectados por la exclusión social son los hogares sin ingresos, los sustentados por una persona en busca de empleo y los ocupados por personas extranjeras.
El impacto de la exclusión social comporta una incidencia desigual, condicionada por una amplia serie de variables sociodemográficas y socioeconómicas. Se detectan como especialmente influyentes las siguientes:
Otros elementos ligados a la pandemia, como el aislamiento y la brecha digital, son conformadores de la exclusión, aunque en menor medida.
a) La pandemia y la crisis a ella asociada han erosionado las redes de apoyo familiar y social: aunque se han reducido las situaciones de conflicto social, han aumentado los problemas de aislamiento, especialmente en hogares con exclusión social severa.
Ante esta situación la cobertura del Estado de bienestar ha evidenciado claramente su incapacidad para paliar al menos los efectos de la pandemia en los casos de exclusión más severa.
En conclusión, durante los dos últimos años el covid-19 ha golpeado, una vez más, a los más pobres. Tras la disminución de sus efectos más nocivos en el aspecto sanitario, han ido adquiriendo mayor visibilidad los efectos socioeconómicos que fundamentalmente han evidenciado un crecimiento considerable de la exclusión social, especialmente la severa, que en general afecta a aquellos colectivos que ya la venían padeciendo desde la crisis de 2008.
MEMORIA 2021
ANÁLISIS SOCIAL
La exclusión social en la archidiócesis de Sevilla
Las formas de vida y las esperanzas de futuro de la población de la archidiócesis de Sevilla han sufrido una profunda transformación a lo largo de estos dos últimos años: la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas han incidido de forma dramática sobre el espacio social de las personas y familias más vulnerables. Utilizando como base de análisis el Informe sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía 2022, elaborado por la Fundación FOESSA, y realizando una rigurosa proyección de sus resultados sobre la provincia de Sevilla, se pueden inferir las conclusiones que a continuación se expresan.
En los dos últimos años se ha producido un notable aumento de la exclusión social, que alcanza en la provincia aproximadamente a medio millón de personas, la mitad de los cuales padece sus efectos con extrema gravedad.
En efecto, actualmente el 74% de la población se encuentra en una situación de integración plena o al menos precaria, mientras que la exclusión alcanza al 26% de los hogares, la mitad de los cuales la padece con severidad. La situación de integración se ha reducido casi en un 10%, es decir, 20.000 personas se han visto abocadas a la pobreza en los últimos años, lo que quiere decir que uno de cada cuatro sevillanos padece una situación carente de lo necesario para vivir con dignidad.
La exclusión social, motivada por una multiplicación e interacción de diversos factores, en el caso sevillano está determinada predominantemente por componentes económicos.
El desempleo, las dificultades de acceso y mantenimiento de la vivienda y las carencias económicas para los cuidados de salud son los problemas más frecuentes en los colectivos socialmente excluidos.
Los problemas que afectan a más del 12% de la población son los relacionados con el empleo, seguidos de la dimensión de la vivienda y la salud, mientras que los relacionados con la participación política, los conflictos y el aislamiento social afectan a un porcentaje más reducido de la población.
Crece también el porcentaje de población con vivienda insegura y según el INE las ejecuciones hipotecarias en Andalucía han superado desde el año 2018 los 20.000 hogares, de los que casi una cuarta parte corresponde a Sevilla.
Los colectivos más afectados por la exclusión social son los hogares sin ingresos, los sustentados por una persona en busca de empleo y los ocupados por personas extranjeras.
El impacto de la exclusión social comporta una incidencia desigual, condicionada por una amplia serie de variables sociodemográficas y socioeconómicas. Se detectan como especialmente influyentes las siguientes:
Otros elementos ligados a la pandemia, como el aislamiento y la brecha digital, son conformadores de la exclusión, aunque en menor medida.
a) La pandemia y la crisis a ella asociada han erosionado las redes de apoyo familiar y social: aunque se han reducido las situaciones de conflicto social, han aumentado los problemas de aislamiento, especialmente en hogares con exclusión social severa.
Ante esta situación la cobertura del Estado de bienestar ha evidenciado claramente su incapacidad para paliar al menos los efectos de la pandemia en los casos de exclusión más severa.
En conclusión, durante los dos últimos años el covid-19 ha golpeado, una vez más, a los más pobres. Tras la disminución de sus efectos más nocivos en el aspecto sanitario, han ido adquiriendo mayor visibilidad los efectos socioeconómicos que fundamentalmente han evidenciado un crecimiento considerable de la exclusión social, especialmente la severa, que en general afecta a aquellos colectivos que ya la venían padeciendo desde la crisis de 2008.
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ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
La exclusión social en la archidiócesis de Sevilla
Las formas de vida y las esperanzas de futuro de la población de la archidiócesis de Sevilla han sufrido una profunda transformación a lo largo de estos dos últimos años: la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas han incidido de forma dramática sobre el espacio social de las personas y familias más vulnerables. Utilizando como base de análisis el Informe sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía 2022, elaborado por la Fundación FOESSA, y realizando una rigurosa proyección de sus resultados sobre la provincia de Sevilla, se pueden inferir las conclusiones que a continuación se expresan.
En los dos últimos años se ha producido un notable aumento de la exclusión social, que alcanza en la provincia aproximadamente a medio millón de personas, la mitad de los cuales padece sus efectos con extrema gravedad.
En efecto, actualmente el 74% de la población se encuentra en una situación de integración plena o al menos precaria, mientras que la exclusión alcanza al 26% de los hogares, la mitad de los cuales la padece con severidad. La situación de integración se ha reducido casi en un 10%, es decir, 20.000 personas se han visto abocadas a la pobreza en los últimos años, lo que quiere decir que uno de cada cuatro sevillanos padece una situación carente de lo necesario para vivir con dignidad.
La exclusión social, motivada por una multiplicación e interacción de diversos factores, en el caso sevillano está determinada predominantemente por componentes económicos.
El desempleo, las dificultades de acceso y mantenimiento de la vivienda y las carencias económicas para los cuidados de salud son los problemas más frecuentes en los colectivos socialmente excluidos.
Los problemas que afectan a más del 12% de la población son los relacionados con el empleo, seguidos de la dimensión de la vivienda y la salud, mientras que los relacionados con la participación política, los conflictos y el aislamiento social afectan a un porcentaje más reducido de la población.
Crece también el porcentaje de población con vivienda insegura y según el INE las ejecuciones hipotecarias en Andalucía han superado desde el año 2018 los 20.000 hogares, de los que casi una cuarta parte corresponde a Sevilla.
Los colectivos más afectados por la exclusión social son los hogares sin ingresos, los sustentados por una persona en busca de empleo y los ocupados por personas extranjeras.
El impacto de la exclusión social comporta una incidencia desigual, condicionada por una amplia serie de variables sociodemográficas y socioeconómicas. Se detectan como especialmente influyentes las siguientes:
Otros elementos ligados a la pandemia, como el aislamiento y la brecha digital, son conformadores de la exclusión, aunque en menor medida.
a) La pandemia y la crisis a ella asociada han erosionado las redes de apoyo familiar y social: aunque se han reducido las situaciones de conflicto social, han aumentado los problemas de aislamiento, especialmente en hogares con exclusión social severa.
Ante esta situación la cobertura del Estado de bienestar ha evidenciado claramente su incapacidad para paliar al menos los efectos de la pandemia en los casos de exclusión más severa.
En conclusión, durante los dos últimos años el covid-19 ha golpeado, una vez más, a los más pobres. Tras la disminución de sus efectos más nocivos en el aspecto sanitario, han ido adquiriendo mayor visibilidad los efectos socioeconómicos que fundamentalmente han evidenciado un crecimiento considerable de la exclusión social, especialmente la severa, que en general afecta a aquellos colectivos que ya la venían padeciendo desde la crisis de 2008.
MEMORIA 2021
ANÁLISIS SOCIAL
La exclusión social en la archidiócesis de Sevilla
Las formas de vida y las esperanzas de futuro de la población de la archidiócesis de Sevilla han sufrido una profunda transformación a lo largo de estos dos últimos años: la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas han incidido de forma dramática sobre el espacio social de las personas y familias más vulnerables. Utilizando como base de análisis el Informe sobre exclusión y desarrollo social en Andalucía 2022, elaborado por la Fundación FOESSA, y realizando una rigurosa proyección de sus resultados sobre la provincia de Sevilla, se pueden inferir las conclusiones que a continuación se expresan.
En los dos últimos años se ha producido un notable aumento de la exclusión social, que alcanza en la provincia aproximadamente a medio millón de personas, la mitad de los cuales padece sus efectos con extrema gravedad.
En efecto, actualmente el 74% de la población se encuentra en una situación de integración plena o al menos precaria, mientras que la exclusión alcanza al 26% de los hogares, la mitad de los cuales la padece con severidad. La situación de integración se ha reducido casi en un 10%, es decir, 20.000 personas se han visto abocadas a la pobreza en los últimos años, lo que quiere decir que uno de cada cuatro sevillanos padece una situación carente de lo necesario para vivir con dignidad.
La exclusión social, motivada por una multiplicación e interacción de diversos factores, en el caso sevillano está determinada predominantemente por componentes económicos.
El desempleo, las dificultades de acceso y mantenimiento de la vivienda y las carencias económicas para los cuidados de salud son los problemas más frecuentes en los colectivos socialmente excluidos.
Los problemas que afectan a más del 12% de la población son los relacionados con el empleo, seguidos de la dimensión de la vivienda y la salud, mientras que los relacionados con la participación política, los conflictos y el aislamiento social afectan a un porcentaje más reducido de la población.
Crece también el porcentaje de población con vivienda insegura y según el INE las ejecuciones hipotecarias en Andalucía han superado desde el año 2018 los 20.000 hogares, de los que casi una cuarta parte corresponde a Sevilla.
Los colectivos más afectados por la exclusión social son los hogares sin ingresos, los sustentados por una persona en busca de empleo y los ocupados por personas extranjeras.
El impacto de la exclusión social comporta una incidencia desigual, condicionada por una amplia serie de variables sociodemográficas y socioeconómicas. Se detectan como especialmente influyentes las siguientes:
Otros elementos ligados a la pandemia, como el aislamiento y la brecha digital, son conformadores de la exclusión, aunque en menor medida.
a) La pandemia y la crisis a ella asociada han erosionado las redes de apoyo familiar y social: aunque se han reducido las situaciones de conflicto social, han aumentado los problemas de aislamiento, especialmente en hogares con exclusión social severa.
Ante esta situación la cobertura del Estado de bienestar ha evidenciado claramente su incapacidad para paliar al menos los efectos de la pandemia en los casos de exclusión más severa.
En conclusión, durante los dos últimos años el covid-19 ha golpeado, una vez más, a los más pobres. Tras la disminución de sus efectos más nocivos en el aspecto sanitario, han ido adquiriendo mayor visibilidad los efectos socioeconómicos que fundamentalmente han evidenciado un crecimiento considerable de la exclusión social, especialmente la severa, que en general afecta a aquellos colectivos que ya la venían padeciendo desde la crisis de 2008.
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